El doctor Jesús Benito, cirujano plástico director de Antiaging Group Barcelona y miembro de la AECEP, trata en esta entrada del blog un tema muy actual: los rellenos faciales.
Cada vez son más frecuentes en la consulta las preguntas sobre qué materiales son los indicados para rellenar arrugas y mejorar el contorno facial y así poder lucir un aspecto natural y joven sin cicatrices visibles.
A la hora de decidir si es mejor utilizar rellenos faciales de ácido hialurónico o grasa entran en juego diferentes aspectos: desde el volumen inyectado al procedimiento, la duración del resultado y la cuestión económica.
Este última debe tenerse en cuenta porque depende de los volúmenes que necesitemos para conseguir el resultado deseado. Por ejemplo, si calculamos que el volumen a inyectar es superior a 5-6cc, los injertos de grasa serán la elección. En cambio, para volúmenes inferiores y en función de las zonas, el ácido hialurónico será el indicado.
Razones para utilizar el ácido hialurónico
El ácido hialurónico es el gold standard de la medicina estética, es decir, el producto estrella por su versatilidad, seguridad y amplia experiencia en el mercado.
Al existir distintas marcas con diferentes grados de densidad, reticulación y volúmenes de jeringa, tenemos la ventaja de elegir la más adecuada para rellenar arrugas finas, medias o profundas o restaurar volúmenes en mandíbula, mejillas o mentón.
Para rellenar arrugas muy superficiales como el contorno de ojos, los poco reticulados son los adecuados, mientras que los más densos son los ideales para arrugas profundas, como los surcos nasogenianos, y para dar contorno y forma a los pómulos.
Pero no todo son ventajas, porque el ácido hialurónico dura entre 8 y 14 meses según lo que se gesticula y la densidad. Además, al ser un material reabsorbible, se tiene que repetir el tratamiento. En consecuencia, es mejor elegir los injertos de tejido adiposo si el volumen que calculamos es importante.
Razones para utilizar el Lipofilling
El Dr. Sydney Coleman fue quien desarrolló los injertos de tejido adiposo o el lipofilling.
Este tratamiento necesita a veces anestesia local con sedación en quirófano. Aquí se extrae la grasa del paciente, se procesa y reinyecta en las zonas necesarias mediante microcánulas. Se trata de un proceso preciso y técnico. Este tratamiento puede enriquecerse con células madre del propio paciente durante el proceso para asegurarse una mayor vida del injerto.
Una buena razón para usar el lipofilling es que el volumen no supone ningún problema, y el aspecto de la piel mejora porque se vuelve más luminosa y tersa gracias a que estimula el incremento de capilares sanguíneos.
El lipofilling permite corregir asimetrías y proporcionar el tejido suficiente porque no hay rechazo al ser del propio paciente.
Finalmente el resultado es visible a los 4 meses; es natural, duradero y estable ya que la grasa se adapta al hueso y tiene la misma consistencia que la grasa de otras zonas. Eso sí, se comporta como lo que es: grasa. Si se producen pérdidas de peso considerables, se puede perder la grasa inyectada.
La parte que menos gusta del lipofilling es que es una cirugía ambulatoria y los resultados definitivos tardan unos meses a ser visibles. Incluso en alguna ocasión se necesita otra sesión para conseguir el volumen deseado.
Qué rellenos son los mejores: ¿ácido hialurónico o grasa?
El ácido hialurónico es el material idóneo para corregir pequeños defectos y arrugas finas. Y también cuando queremos evitar una cirugía menor.
El lipofilling o injertos de tejido adiposo es el recomendable cuando los defectos son importantes o deseamos un resultado muy natural con un efecto de rejuvenecimiento en nuestra piel.