¿Por qué soy cirujano plástico?

El doctor Luis Vecilla, miembro de la AECEP que dirige la Unidad de Medicina y Cirugía Estética de la Clínica Médica Los Belgas (Collado Villalba, Madrid) y cirujano de las Clínicas Dermalia (Madrid), explica en este post por qué decidió dedicar su vida profesional a la cirugía plástica.

En mi infancia me gustaban las artes plásticas, sobre todo el dibujo y la pintura. Destaqué en dichas actividades en mi época escolar y me planteé que de mayor quería ser pintor. Mi padre, médico, me decía que de pintor me iba a morir de hambre y que, además, no hacía falta estudiar Bellas Artes para ser pintor, ya que a Dalí le expulsaron de la facultad y a pesar de ello consiguió ser un gran pintor. Me recomendó “estudiar una carrera seria”, dentro de las cuales podía escoger Medicina y dedicarme a la cirugía plástica, la cual sin duda “se te dará bien, dado lo bien que dibujas”.

Con estos consejos bien metidos en mi mollera, mi padre me los recordaba con cualquier excusa si salía el tema, me matriculé en Medicina y cuando estaba en cuarto me apunté a clases de pintura con Juan Valenzuela y Chacón. Aprobé el MIR y saqué un buen número (560), lo que me permitió escoger cirugía plástica en el Centro de quemados de Cruz Roja en Madrid.

¿Me ayuda en mi trabajo mi vena artística? Está claro que la inteligencia espacial es una parte importante de las dotes que debe tener un cirujano plástico. Hay que calcular volúmenes (como en cirugía mamaria), establecer relaciones armónicas (como en la rinoplastia), diseñar patrones sobre la piel (como en las reducciones de mama o las de abdomen), etc. Pero donde yo creo que la sensibilidad artística es más importante es en las liposucciones. Aquí se trata de realizar una auténtica escultura, pero limitado en el tiempo y tratando con material orgánico y vivo que responderá con inflamación y de forma no siempre previsible.

Dándole vueltas al concepto Pintura – Cirugía y su relación, se me ocurre que el trabajo mental en el análisis de formas que necesariamente se desarrolla con la pintura sería el mejor entrenamiento para hacerlo útil a la hora de operar. Creo por tanto que una cosa entrena y prepara adecuadamente para la otra. El escultor siempre se sirve de múltiples dibujos antes de acometer la escultura, así se entrena en el análisis de las formas. De hecho, en la consulta siempre me valgo de dibujos para explicar a los pacientes la técnica de la liposucción o del aumento mamario. Me acostumbré a ello y ya me parece fundamental.

No sé cuál de las dos actividades me hace más feliz. Probablemente las dos por igual. En relación con la primera, mi trabajo como cirujano me permite ayudar de forma directa a otras personas, muchas de ellas con importantes complejos que les impiden llevar una vida normal. A veces un complejo hace que nunca vayas a la playa, nunca te cambies de ropa en un gimnasio, o que nunca te relaciones íntimamente con nadie, etc. Hace pocos días operé de ginecomastia a un señor que quería poder ir a la playa con sus hijos pequeños.

Mi primera exposición la conseguí a través de un concurso, y fue patrocinada por La Caja Postal. Me la concedieron en 1984, y la pinté a la vez que preparaba el MIR. Inauguré en 1986, cuando era R1, y estaba entonces rotando por traumatología. Recuerdo que tuve un gran éxito entre mis compañeros de entonces. Así prosiguió mi vida, pintando y operando. Y así sigue ahora mismo.

Aprovecho la ocasión que me brinda la AECEP para invitaros a una exposición con algunas de mis obras que inauguro el próximo 4 de marzo en la galería de arte Francisco Duayer.

Cartel Exposición

Luis Vecillas

Cirujano plástico miembro de la AECEP

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