El doctor Ramón Vila-Rovira, cirujano plástico miembro de la AECEP y fundador del Instituto de Vila-Rovira, escribe en este post sobre el efecto shedding, algo común en las personas con alopecia que inician un tratamiento para frenar la caída del cabello.
En lugar de notar que están ganando pelo, tienen la sensación de que pierden más pelo y de forma más rápida. Ante esta reacción, el paciente cree que el tratamiento le perjudica y que no está funcionando en su caso, y en muchas ocasiones acaba por abandonarlo.
Pero, ¿qué es en realidad el efecto shedding?
Como puntualiza mi colega y director médico de nuestra clínica de trasplante de pelo en Barcelona, el Dr. Lluís Berrocal: “El shedding no es una caída definitiva del cabello. No se trata de que los cabellos mueran y no vuelvan a crecer, sino que los folículos cambian de fase”.
El verbo en inglés “to shed” significa “desprenderse”, lo que no es igual al significado de “caída del cabello” con el que suele asociarse esta palabra, puesto que el efecto shedding es solo la transición del folículo de una fase de crecimiento a una de reposo para volver a crecer después de un tiempo.
Como hemos comentado, el efecto shedding es común en las personas que se someten a un tratamiento para la alopecia. Aunque pueda parecer paradójico, es normal que al principio, durante las primeras semanas y meses, aumente la pérdida de pelo. No obstante, esto no debe desmoralizar al paciente porque solo se trata de algo temporal, sobre todo en los tratamientos de alopecia androgenética con los medicamentos Minoxidil loción y Finasteride vía oral.
La mayoría de los folículos capilares, el 90% se encuentran en fase de crecimiento, cuando reciben el estímulo del tratamiento detienen su actividad. En consecuencia, el folículo deber reiniciar el ciclo capilar de caída, reposo y crecimiento, y de ahí que caiga el pelo.
De todos modos, el efecto shedding no siempre ocurre en todos los pacientes. Cuando se da, podemos afirmar que es un buen síntoma de que el tratamiento funciona, pero en caso contrario no significa que no esté funcionando.
Además es importante resaltar que cuando se produce el shedding los folículos pilosos no sufren daño alguno y que no se pierde el pelo para siempre, sino que únicamente se para el proceso anterior, defectuoso y débil, y después de la fase de reposo vuelve a crecer un cabello más fuerte y grueso gracias al tratamiento.
Por lo tanto, podemos decir que el efecto shedding es una buena señal de que se generará un pelo de mayor calidad que el anterior. A partir de los 6-12 meses de tratamiento puede apreciarse un cabello sano y fuerte.
Pero no hay que olvidar que el shedding es temporal. Si el paciente es constante con el tratamiento, el efecto se frena y vuelve a aparecer el pelo perdido. En cambio, si el efecto shedding persiste más allá de 3 o 4 meses hay que reflexionar sobre la posibilidad de otros procesos como enfermedades capilares, estrés, la toma irregular del fármaco, rechazo de la medicación, efluvios telógenos por diferentes causas, etc.