Nuevas preguntas sobre el aumento de pecho

La cirugía de mamas continúa siendo la más demandada, junto a la liposucción, en el caso de la mujer. Hoy en día se puede considerar que está socialmente normalizada y que el grado de información que se posee en torno a ella se ha incrementado considerablemente desde aquellos mitos de prótesis de explotaban en los aviones.

Las pacientes acuden a nuestras consultas con las nociones básicas en torno a tiempos de cirugía y postoperatorio, tipos de prótesis y tendencias. Aun así, la cirugía de mama es un procedimiento que evoluciona con la sociedad y , por lo tanto, suscita cada día nuevas cuestiones. La mujer de hoy no es la de los 80 ni los 90. No es ni mejor ni peor; tiene intereses distintos, responde a otras dinámicas y , por lo tanto, a la hora de plantearse pasar por el quirófano para aumentar el busto se plantea otras cuestiones.

Por ejemplo, cómo puede afectarle a la práctica deportiva el implante submuscular de las prótesis. Múltiples estudios y evidencias presentadas descartan que una cosa afecte a la otra: el hecho de ser muy deportista no implica que la prótesis tenga que colocarse delante del músculo para no afectar a su crecimiento. La colocación en la parte posterior de éste se debe a factores de seguridad y protección contra la contractura muscular.

Ahora bien, sí deberíamos colocarlo en la parte delantera si ese deporte es extremo, caso de los fisioculturistas. Además, aquí se debe pensar en un material como el poliuretano, que cumple específicamente los requisitos de protección en estos casos.

Otra cuestión que se plantean muchas mujeres es si algún día, por el motivo que sea, podrán retirarse las prótesis mamarias sin merma para su salud y cuál será el efecto estético de dicha retirada.

La respuesta es sí, en una operación que no supone ningún riesgo y que no deja ninguna cicatriz nueva ( las prótesis se retiran a través de la misma incisión de implante) , que no requiere postoperatorio ni ingreso hospitalario. El resultado será un pecho similar al que teníamos antes de la mamoplastia, pero con el efecto añadido del tiempo y la presión de las prótesis sobre el músculo pectoral. Esta situación generará un incremento de la atrofia y la hipoplasia mamaria.

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