A pesar de que los cirujanos no recomendamos que el paciente se someta a una intervención de cirugía plástica hasta alcanzar la mayoría de edad, la otoplastia o cirugía de las orejas podría convertirse en una excepción a esta premisa. Una otoplastia puede realizarse en niños a partir de 5 años, que ya hayan desarrollado por completo la forma de sus orejas. Aunque esta operación puede llevarse a cabo de igual manera en personas adultas sin ningún tipo de problema añadido, lo cierto es que recurrir a esta cirugía a edades tempranas puede ayudar a evitar traumas psicológicos en el futuro. Un artículo de la Doctora Nélida Grande.

El tipo de cirugía más común para esta zona es aquella que tiene como objetivo corregir las denominadas “orejas de soplillo”. No obstante, como cirujana quiero destacar las otras causas que pueden conllevar una otoplastia. La primera sería el hecho de tener el lóbulo de la oreja demasiado grande, sea más en la parte inferior o en la superior. Asimismo, también recomiendo la otoplastia para corregir la forma de los lóbulos cuando éstos se encuentran girados hacia fuera o hacia los lados (aunque posean el tamaño adecuado).

Otra de las posibilidades que ofrece la otoplastia es la recreación del Hélix -el pliegue existente en el borde de la oreja- si la persona no lo tiene marcado. Por último, cabe destacar la otoplastia bilateral, cuando las orejas tienen un tamaño o una forma diferente entre sí. En cualquier caso, todas estas soluciones tienen en común el poder mejorar notablemente nuestra apariencia facial. Unas orejas prominentes, con imperfecciones graves o poco simétricas pueden perjudicar de manera muy significativa la armonía de nuestro rostro.

La otoplastia se suele realizar bajo anestesia local con sedación, ya que se trata de un procedimiento que no suele precisar de un ingreso mayor a unas horas. No obstante, en las cirugías pediátricas se usa en algunas ocasiones anestesia general. Además, en el caso de los niños, en ocasiones es necesario que se queden una noche ingresados en el hospital. A pesar de que el resultado definitivo no se puede valorar realmente hasta pasados tres meses, la vuelta a la rutina de los adultos o al colegio de los niños puede comenzar tras la primera semana de postoperatorio (guardando las debidas precauciones). Las orejas corregidas quirúrgicamente necesitan la mayor inmovilidad posible. Por esta razón, hay que evitar los movimientos bruscos, y en los niños, los juegos o deportes que puedan provocar golpes o caídas.

Volviendo a la intervención más conocida, la que corrige las orejas en asa o de soplillo, hasta ahora la única manera de reducir su separación del cráneo era la cirugía plástica. Sin embargo, recientemente se puede conseguir de manera poco invasiva con la colocación de una pequeña prótesis bajo la piel de la oreja -llamada EarFold-. Esta innovación está sólo disponible en algunas clínicas españolas, entre las que se encuentra Clínica Nélida Grande Una vez situado el implante en su lugar correcto, se produce una modificación en la forma del cartílago de la oreja (doblándolo), que inmediatamente adopta una forma predefinida que se mantiene. Esta clase de otoplastia sin cirugía también se puede hacer tanto a niños como a adultos.

A la hora de elegir el centro donde someterse a una otoplastia, hay que tener en cuenta que éste posea todos los recursos necesarios para la intervención, así como que el doctor que va a operar posea la experiencia y profesionalidad necesarias.

Dra. Nélida Grande. Cirujana plástica, reparadora y estética. Colegiada nº 25.161

www.doctoragrande.com

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