Muchas mujeres no se sientan cómodas con el tamaño, la forma o la posición de su pecho. Muchas de ellas acuden a las clínicas de cirugía plástica con el objetivo de disminuir o aumentar el volumen de sus mamas, elevar su pecho o corregir alguna anomalía o malformación.
En este texto vamos a contestar preguntas sobre dos de las intervenciones de pecho más demandadas: la elevación y la reducción de mamas.
¿Por qué las mujeres se reducen el pecho? ¿En qué consiste la intervención?
El objetivo principal de la reducción de mama es remodelar el pecho y disminuir su volumen, dotando a la mujer de una silueta más hermosa y proporcionada. No en vano, suele decirse que la reducción de pecho es una intervención “feliz”, por el alto grado de satisfacción de las pacientes con los resultados obtenidos.
Para ello, el cirujano elimina la piel sobrante y el exceso de grasa del seno, además de elevar el complejo areola/pezón y la glándula mamaria. Las motivaciones para someterse a esta intervención son diversas:
- Reducir el volumen del pecho y equilibrar su tamaño con respecto al contorno corporal, mejorando la apariencia física.
- Devolver el pecho a su posición natural y eliminar la caída de la mama. Con la reducción se consiguen unos pechos más pequeños, más ligeros y más firmes.
- Eliminar molestias asociadas a un pecho demasiado grande como dolores de cuello y espalda, rojeces e irritaciones de la piel…
- Combatir la flacidez de la piel.
- Superar complejos físicos e incomodidades a la hora de practicar deporte. Con la reducción de pecho se mejora la flexibilidad y la postura de la paciente.
- Reducir la presión social y los comentarios sexistas. Un pecho muy grande puede condicionar las relaciones sociales y profesionales.
La reducción de pecho se realiza bajo anestesia general. Para poder retirar el exceso de piel y grasa y reposicionar el pecho es necesario hacer una incisión en forma de “T”, con una línea vertical hacia abajo desde la areola y una línea horizontal en el pliegue inferior mamario.
Pese a lo que pueda parecer, la cicatriz es prácticamente imperceptible, y va desapareciendo conforme avanza el proceso de curación. No hay riesgo de pérdida de sensibilidad en el complejo areola/pezón, ya que los vasos sanguíneos y los nervios se mantienen unidos a la areola.
¿En qué consiste la elevación de pecho y quiénes son las mejores candidatas?
La elevación de pecho, conocida técnicamente como mastopexia, es una intervención quirúrgica de la mama que pretende elevar y mejorar la forma de los pechos caídos, devolviéndolos a su forma y posición natural.
Las principales causas de la caída de la mama y de la pérdida de elasticidad son el envejecimiento de la piel y los tejidos, el embarazo y la lactancia, los cambios bruscos en el peso…
El cirujano elige la forma de abordaje teniendo en cuenta las particularidades de cada paciente, el grado de caída que presente la mama, la cantidad de piel o grasa a retirar, la elasticidad de la piel, el tamaño y la posición de la areola…
La intervención se suele realizar con anestesia general y dura, aproximadamente, una hora y media.
En la mayoría de casos se realiza una incisión circular alrededor de la areola, prolongada por otra incisión vertical hasta el surco submamario para recolocar la glándula mamaria y el pezón y eliminar el exceso de piel.
Cuando la caída es leve y la paciente no desea reducir en exceso el volumen, se lleva a cabo una incisión que recorre el surco submamario, quedando poco visible, ya que la mama descansa sobre éste.
Si las pacientes presentan senos relativamente pequeños y una mínima caída, se realiza lo que se conoce como mastopexia periareolar, que consiste en una resección concéntrica de piel solo alrededor de la areola.
Además, muchas pacientes también pueden aprovechar la intervención de elevación de pecho para dotar de más volumen a la mama mediante la implantación de prótesis mamarias. En estos casos, la prótesis se inserta por debajo del músculo pectoral, para lograr una mayor naturalidad del pecho.